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😱😱😱 ¿Tenés camiseta? Hoy, te convertís en CEO | CEO en camiseta

¡Buen lunes! Hoy en CEO en camiseta:

  • Te nombro CEO

  • Te seduzco con Acelera tu Carrera

  • Aplaudo a los robots

  • Comparto un vivo para crecer

Y más.

La semana pasada hice el sorteo de un libro entre todos los suscriptores; si no sos Emanuel, no ganaste. Si lo sos, tal vez tampoco. Ganó Emanuel, que ya decidió a quién le regalará "Soy solo, historias honestas de liderazgo para ser feliz en el siglo XXI y más allá". El libro está en camino.

Hola Leo y Belen, buen día. Excelente noticia! Como bien decis Leo, el mail no había entrado a casilla principal sino a Spam (algo que acabo de corregir)

Recientemente cambié de trabajo (si, fui de los que puse que mi trabajo iba a seguir existiendo 20 años más en el formulario que hiciste hace poco) y el libro va a ser un excelente regalo para mi ex-jefe, con quien compartimos algunas notas y newsletters tuyos, y quien es un gran innovador público.

Hoy voy a ser súper directo: quiero dejarte con infinitas ganas de anotarte en “Acelera tu Carrera”.

Todos tenemos un amigo o familiar que tiene que cambiar algo importante, debe tomar una decisión. Todos, todos, sabemos qué es lo que debería hacer. Pero esa persona solo lo va a decidir cuando esté lista. No antes.

Así me siento con “Acelera tu Carrera”.

Me leés, escuchás, ves hace tiempo. Te hice pensar, enojar, alegrar y, sobre todo, participé de algunas de tus decisiones. Te ayudé a ver otros puntos de vista, a pensar en el largo plazo actuando en el corto. A ser protagonista, cuando lo cómodo es ser víctima. A construir, cuando los demás solo hacen.

Y lo voy a seguir haciendo, no tengas dudas. No solo es mi Misión, sino que también lo disfruto muchísimo.

Pero hay mucho que tengo que dejar afuera, ideas, desafíos, pensamiento estratégico, que es difícil de presentar en formatos públicos, en general.

Y hay algunas personas que, como ese amigo o familiar, están en este momento LISTOS para un salto. Listos para pisar el acelerador en esta función exponencial que es la vida. Listos para profundizar en esas ideas y pensamiento estratégico fundamental para construir y acelerar.

Y por eso, porque tal vez sos una de esas pocas personas con el potencial justo, en el momento justo, me siento obligado a avisarte que el 5 de marzo próximo comienza este programa de ocho encuentros semanales para entender y definir a donde queremos ir y, simplemente, ir. A toda velocidad. Con ambición, inteligencia y empatía.

El grupo de gente será limitado y heterogéneo.

El trabajo, intenso y desafiante.

El proceso, nutritivo y entusiasmante.

Va a estar genial.

Si querés saber más, entrá a leopiccioli.com/acelera2, o pedime algunos de los videos de feedback de líderes que ascendieron, se reinventaron y fueron más exitosos en la primera edición.

Que te hagas una semana excelente.

Leo.

PD: Si te reenviaron este mail, puedes suscribirte gratis, seguir leyendo o reenviarlo a alguien más a quien le pueda servir. Si no te gusta, mándaselo a tu peor enemigo borrando esta frase antes, no hagas como Osvaldo que se olvidó de borrarla. Pero no pasó nada, su enemigo pensó que lo trataba de ayudar. Y se hicieron amigos.

S07E06 Hoy te convertís en CEO

“No me gustaría ser CEO”, respondió el 51% de más de 1900 encuestados en el “Autodiagnóstico de Carrera”. Si ésa fue tu respuesta, tal vez preferirías no seguir leyendo. Ja, no podés parar. Sí, ya sé, la curiosidad mató al gato. Me apena, entonces, nombrarte “CEO de tu carrera profesional” a partir de la fecha. Al resto de los encuestados, deseo cumplido.

Es hora de tomar las riendas de tu carrera profesional.

Felicitaciones por tu nuevo cargo. Si suponemos que a los veinte años comenzamos a trabajar ocho horas al día, hasta los setenta serán unas 100.000 horas. El lector del tipo auditor puede hacer la cuenta, mientras el que prefiere criticar pensará argumentos por los que dejaría de trabajar antes de los setenta, o después y estará a punto de comentar que “sin dudas, nunca ocurrirá justo a esa edad”. Claro que el emprendedor (o el que trabaja en Goldman Sachs) podría afirmar que dedica catorce horas al día y sin feriados; y el empleado estatal, que no es trabajo sino una beca.

Leo Piccioli: ganando el corazón de la gente desde 1971.

Ahora que ya conseguiste el puesto de CEO, ¿qué decisiones importantes vas a tomar? ¿Ya usaste muchas de esas horas sin pensarlo bien? No hay problema, tomemos el control ahora.

Convirtamos nuestras “no decisiones” del pasado en aprendizaje para el futuro.

Tenés cien mil horas para distribuir entre una cantidad indeterminada de empleos, emprendimientos, trabajos independientes, desempleo, estudio y embotellamientos. Así como la economía estudia el modo en que la sociedad asigna recursos escasos, como buen CEO tu trabajo es tomar esas decisiones y ver de qué manera asignar ese recurso escaso… Durante solo 50 años.

Medio siglo de carrera nos da tiempo de convertir cualquier fracaso en un éxito.

Imaginemos esta empresa de la que sos CEO. Voy a ponerme a mí de ejemplo porque, obviamente, es la carrera que mejor conozco. Y que ningún psicólogo se preocupe: tal vez hable conmigo mismo y me refiera a mí en tercera persona. No sufro ninguna alteración de la personalidad; ninguna diagnosticada.

Volvamos, entonces: mi empresa fue fundada el 13 de octubre de 1971 con solo dos inversores. ¿Ya los dedujiste?

El ratón Pérez, Papá Noel y tus primeros inversores son los padres.

Unos veinte años después, tu empresa -o la mía o la de cada uno- abrió su capital en la Bolsa (hizo su IPO, oferta pública inicial): salió al mundo de verdad, dejó la certeza del aula para ir a trabajar. En mi caso, ese salir al mundo fue relativo: mi primer empleo fue con mis inversores iniciales.

Bienvenido a tu nueva oficina

¿Cuál es el trabajo de un buen CEO? Incrementar el valor de la empresa, claro. Recuerdo cuando un CEO me dijo: “Mi evaluación de desempeño es la cotización de la acción”. Años después, entendí que ése es el valor de corto plazo, el día a día, y depende de tantos factores que suele ser difícil de explicar.

Sin embargo, el valor de largo plazo es mucho más importante y el CEO debe involucrarse definitivamente en lograrlo: una visión alineada con el mundo del futuro, un equipo adecuado trabajando coordinadamente, tomar las decisiones difíciles. Claro que todos los lectores ya lo saben, son CEOs.

Nuestra carrera, que vista muy de cerca parece un caos, de lejos cobra sentido.

¿Qué cosas hacen que aumente de valor esta empresa? Estudiar, en general, lo hace. Pero estudiar temas que parecen ser útiles para esa visión del futuro le da más valor. Estudiar es, también, una inversión de riesgo: ¿quién me devuelve las 240 horas dedicadas a Dactilografía? Por definición, las instituciones educativas nos enseñan lo que servía hace tiempo. En ese sentido son cada vez inversiones de más riesgo.

Conseguir un buen empleo con proyección aumenta el valor de tu empresa. Sin embargo, después de varios años en el mismo puesto ese valor empieza a reducirse. Las perspectivas de ingreso a largo plazo para las decenas de miles de horas que quedan caen. Hay otras personas (empresas) con más propensión al cambio, y el cambio es algo que se necesita. De repente, te echan y sentís que el valor de tu acción se desploma. Pero, poco tiempo después, te das cuenta de que hay una forma para que el resto de la curva tenga una pendiente mayor: empezás de más abajo, pero llegarás mucho más lejos. Tenés más valor. Podrías, sí, hacer un flujo de fondos a largo plazo descontado.

Por algún extraño motivo, surge el rumor de que estás mirando el valor de la acción todo el tiempo. Pero pronto entendés que hacer el seguimiento de una cotización, de las ventas de tu empresa o de los likes en tu último post de LinkedIn más a menudo no mejora el resultado.

Tenemos automatismos que nos dan confort a corto plazo y nos lo quitan a largo.

Quizás, en algún momento, te das cuenta de que todavía no armaste un equipo adecuado para tus objetivos a largo plazo. Te sentís solo. “¡Son 100.000 horas! ¡Es muchísimo!”. Eso cambia radicalmente tu enfoque. Como buen CEO, mirás el largo plazo, tu propósito y el camino por delante. La respuesta es clara: necesitás un gerente Financiero, que evalúe mensualmente tus resultados y te ayude a tomar decisiones. Y también un encargado de Recursos Humanos. Y alguien de Marketing, otro de Relaciones Institucionales, otro de Operaciones… No, no estoy diciendo que contrates a nadie.

En el largo plazo todos tendremos arrugas

La cámara se acerca. Del plano abierto, en donde se me ve sentado pensando, frunciendo el ceño, la cámara se sigue acercando, sube un poco y enfoca mi frente. Hace zoom in. ¡Cuántas arrugas! ¿Las tendré siempre? ¿Se verán en los vivos de Instagram? ¿El bótox está fallando? ¿Esos son los poros? La cámara sigue acercándose. ¿Hasta dónde llegará? Fundido a negro.

Como traspasando la famosa cuarta pared, luego del negro, aparece una mesa, con varios Leos, diferentes -pero iguales.

El de anteojos cuadrados de carey, serio, lleva un sombrero negro antiguo de copa, toma la calculadora HP 48S, que tiene enfrente, y afirma mirando fijo: “Para el largo plazo necesitamos ahorrar una cierta cantidad mensual, te aviso si hay un problema”. Pero, en seguida, te sugiere cambiar de empleo, “porque podrías ganar 5% más”. El buen CEO escucha a sus reportes, pero toma decisiones mirando el largo plazo. Sabés que no durarás más de tres meses en ese trabajo. No podés hablar: el CEO es el último siempre.

La cámara enfoca a otro. Parece relajado, tiene una boina gris con un pompón inclinada hacia la izquierda. En el zócalo se lee “Gerente de Recursos Humanos y Facilities”. Dice, justamente, lo que recién pensabas y agrega dos cosas: “Ese trabajo no nos sirve. Es muy lejos y necesitamos tiempo para hacer ejercicio, cuidar la máquina. Sugiero que hagamos un curso de machine learning y programación: nos hará más valiosos y podremos seguir analizando toda la información que recibimos”. Con respecto al ejercicio, es un tema recurrente. Hace tiempo te viene sugiriendo que vayas al gimnasio: son horas invertidas que rendirán muchas más horas en el futuro.

La disciplina es una inversión.

“Muy interesante”, responde el gerente de Operaciones, con un flujograma delante y su casco amarillo apoyado en la mesa. “Podremos automatizar mucho más y conseguir, así, ser más eficientes. Las 100.000 horas van a agregar más valor que el que teníamos previsto.” El Leo del sombrero negro antiguo de copa y anteojos de carey, al escuchar a este Leo de casco amarillo, sonríe disimuladamente. Se lo ve ajustar sus proyecciones con la calculadora y un lápiz negro.

El gerente de Marketing, con un sombrero azul en punta con estrellitas, sonríe. Siempre sonríe, pero en este caso está preocupado porque no le reduzcan el presupuesto. Corriéndose el cabello que le tapa un lado de la cara, dice: “Yo creo que hay que invertir más en nuestro perfil de LinkedIn y en algún curso de marca personal, para que más gente nos vea y nos quiera contratar”.

El CEO centrado, el único sin sombrero, aún sabiendo que eso no es tan simple como parece, prefiere cerrar la boca. Sigue sin interrumpir, solo mira la escena. Por suerte, alguien con una gorra militar camuflada interviene con energía. Es el gerente de Ventas, claro, y dice: “Nada de lo que Marketing está haciendo nos sirve para vender. Mis comisiones de este mes se fueron a pique. Aceptemos ese puesto de mozo durante la noche, al menos durante julio”. “Ventas tan cortoplacista siempre: es un león logrando resultados, pero no le pidas que construya a largo plazo”, piensan todos en la mesa. El financiero recuerda que el mes pasado Ventas ganó más… que todos… juntos.

El gerente de Relaciones Institucionales estaba en un costado, quieto, con corbata ocre y saco color crema, siempre tranquilo y conciliador, con un sombrero panamá blanco. Luego de llamar sutilmente la atención golpeando con sus perfectas uñas el cabezal del bastón que nunca necesitó, afirma: “Debemos seguir dando valor sin pedir nada a cambio, construyendo redes. No se olviden de que todo lo que conseguimos, todo lo que nos enorgullece, es producto del networking del pasado (dejanos tu mail si te interesa que te avisemos si hacemos con Daniela De Lucía un curso en vivo sobre este tema). De hecho, está demostrado que el éxito se basa en tres elementos: la performance, la imagen y cuánto interactuamos para mostrar esa performance y esa imagen”. Operaciones asiente, convencido de que el primer ítem es el más importante y está funcionando muy bien.

El de Relaciones Institucionales sigue: “Lo paradójico es que, al revés de lo que uno piensa, la performance no se muestra sola. Los otros dos factores tienen mucho más impacto que el primero”. Operaciones, ahora, niega con la cabeza y hace una mueca con la boca, como diciendo: “Hay estudios para cualquier cosa”.

Sorpresivamente, el gerente de Finanzas interrumpe: “Tal vez deberíamos reasignar lo que nos queda de las 100.000 horas, mostrarnos un poco más, interactuar. Es verdad que todo lo que tenemos es resultado de lo que hicimos en el largo plazo para atrás”.

El CEO vuelve a tener voz -y se da cuenta de que no la necesitaba. Era cuestión de escuchar a cada uno de los integrantes de su equipo interno, que conversaran, darles espacio. Que cada uno se sintiera parte de la solución, avanzara y siguiera construyendo.

Un organismo, una organización y tu carrera deben crecer parejo en todas las direcciones para poder hacerlo a largo plazo.

Decidís que es momento de planear más estratégicamente tu carrera. Querés cambiar tu actitud de toro, que se lleva todo por delante, esforzándose y corriendo al torero, por alguien más reflexivo, que cuida mejor su energía, se cansa menos y produce más.

La cámara se aleja, primero se ve un crayón, luego un mono tocando dos platillos y, enseguida, reaparecen las (pocas) arrugas de mi frente. Vuelve al plano general. El reloj no cambió ni un segundo.

Para dar un salto en tu carrera, te recomiendo escuchar (gratis) el best seller “Soy solo, historias honestas de liderazgo para ser feliz en el siglo XXI y más allá”. Y, si realmente creés que podés más, seguramente serás uno de los elegidos del programa “Acelera tu Carrera”, que se hace dos veces por año.

Recién te das cuenta de que hay una pizarra en un costado de la pantalla: “Todos somos líderes // Ver “Intensamente” y aplicar // 100.000 hs - hay tiempo”. La cámara vuelve a hacer zoom in: “hay tiempo” se acerca cada vez más al espectador, hasta que ocupa toda la pantalla y la imagen se congela.

PD: sí, ya sé que es un artículo repetido, pero me gustó mucho el impacto que generó y creo que puede ayudar a mucha más gente.

1. Un audio que debes haber escuchado

An episode by El año en que nos volvimos humanos - nuevo libro de Leo Piccioli

2. ¿Cómo que no hay oportunidades para innovar?

Me crucé con esta app que, simplemente, te avisa con tiempo para que salgas con un paraguas...

¿Qué te parece?

3. Un vivo anti-domingo :-)

Con Daniela De Lucía, respondimos muchas preguntas sobre crecimiento, liderazgo y emprendimiento.

¡Que te hagas una excelente semana!