👕 27 Preguntas para Cambiar tu Forma de Pensar

Sí, a mí también me recuerda al episodio “Nosotros tan binarios y ellas tan humanas”.

La semana pasada hice dos cosas nuevas. Por un lado, ofrecí que le pidas un tema al DJ.

Y aquí estamos. DJ Picholi cumple.

La otra, fue invitar a mis lectores más fieles a una reunión privada este miércoles 6… ¡Reunión que espero con mucho entusiasmo!

Ahora, pará 10 minutos. Sí, es una orden. Es momento de pensar, eso tan incómodo que evitamos tapándonos de tareas, leyendo mails en diagonal y mirando Instagram. Te invito a compartir algunas ideas poco confortables y algunas preguntas que lo son menos. Mi recomendación es que escribas las respuestas. Al final te digo por qué.

1. La obsolescencia programada del autoconocimiento

Mucha gente cree que el autoconocimiento es una meta final, un destino al que llegar. Pero el autoconocimiento es tan perecedero como tu celular. O más. Lo que sabías sobre vos mismo hace un año podría no aplicarse hoy.

Hacete preguntas difíciles cada trimestre, como si estuvieras actualizando tu software interno. Aceptá que la versión que conocías de vos mismo puede estar desactualizada y que es hora de hacer un update del sistema. Y es mejor que te hagas esas preguntas no justo cuando estás por abrir Zoom o Teams para esa reunión que todos creen que es importante.

• ¿Qué le dirías a tu yo de 18 años? ¿Te lo decís hoy?

• ¿A quién admirás? ¿Por qué? ¿Qué te falta para lograr “eso”? ¿En dónde estaba esa persona a tu edad?

• ¿En qué piensan que sos genial quienes te conocen? ¿Qué cambiaría si lo supieran 8.000.000.000 de personas?

• ¿Qué virtud propia deberías mostrar mucho más?

• ¿Cuál es tu objetivo a tres años? Supongamos ahora que tenés recursos infinitos, pero debés lograrlo en tres meses. ¿Cómo harías? Ahora supongamos que esos recursos infinitos te los dan mañana, si podés demostrar hoy que existe un camino posible para lograrlo en 91 días. ¿Cómo lo demostrarías?

2. La paradoja de la pregunta incorrecta

La sabiduría convencional nos dice que debemos hacer las preguntas "correctas" para avanzar. Pero, ¿y si las preguntas incorrectas son las que realmente necesitamos? Al fin y al cabo, ¿no son las correctas las que nos trajeron hasta aquí?

Esas preguntas que parecen irrelevantes, ridículas o contraproducentes podrían ser las que desbloqueen perspectivas y oportunidades que nunca habrías considerado. No tengas miedo de cuestionar lo indiscutible o de explorar lo absurdo.

• ¿Qué conversación difícil estás posponiendo?

• Supongamos que viene alguien del año 1970 y te pide que le expliques a qué te dedicás… ¿Cómo harías? Ahora viene alguien de 2050, con el mismo pedido. ¿Cuan difícil te sería? ¿Cuánto habrá cambiado tu trabajo en 27 años?

• ¿Son odiosas las comparaciones? Odiosa es nuestra reacción; pensá en ese compañero de la primaria/secundaria/universidad que era el mejor alumno. ¿En qué está hoy? ¿Qué hace? ¿Y el que era el peor alumno? ¿Te gustaría estar en el lugar de alguno de ellos?

• Si pudieses tomar un café con cualquier persona del mundo, ¿con quién sería? ¿Qué le preguntarías sobre tu carrera? ¿Qué te imaginás que respondería?

• ¿De qué trabajarías, si no necesitaras trabajar?

• Si en este momento te desconectaras 100% y fueras a un lugar fantástico a descansar, tal vez un bosque o una isla, ¿qué empeoraría en tu negocio, en tu trabajo? ¿Te reemplazarían? ¿Cómo? ¿Qué mejoraría?

• Hay quienes creen que existen infinitos mundos paralelos, en diferentes dimensiones. Supongamos que, en otro mundo, tu equivalente hubiera abrazado todos los desafíos y riesgos que se le presentaron –y que vos esquivaste– y la mitad le salió bien. ¿Cómo sería su vida en comparación con la tuya?

• Imaginá que tu industria desaparece en cinco años. ¿Qué habilidades o experiencias que tenés hoy te harían relevante en un mundo laboral completamente diferente?

3. La inutilidad de la meta final

La mayoría de nosotros se esfuerza por establecer y alcanzar metas, creyendo que hay un lugar de éxito o realización al que llegar. Pero, ¿y si la meta final es una ilusión que nos mantiene atrapados en un ciclo de insatisfacción perpetua?

En lugar de obsesionarte con las metas y los grandes logros, preguntate regularmente qué es lo que realmente valorás del camino. Al hacerlo, podrías descubrir que las metas son solo señales en un viaje sin fin y que la llegada es una construcción que limita tu crecimiento y potencial. Al fin y al cabo, como dijo Steve Jobs, vas a poder unir todos los puntos en una construcción única y especial: vos.

• ¿Dónde te gustaría estar en exactamente un año? ¿Y ahora, estás donde querés estar?

• Si pudieras cambiar lo que hacés sin miedo al fracaso y sin preocupaciones económicas, ¿qué elegirías hacer y por qué no lo estás haciendo ahora?

• Si pudieras elegir dónde vivir y dónde trabajar, geográficamente hablando, ¿qué elegirías? ¿qué deberías hacer para lograrlo?

4. El sesgo de la inercia: evitar el dolor nos lleva a perder el placer

Como humanos, estamos programados para evitar el dolor y buscar el placer. Pero nos aferramos tan fuertemente a evitar el "dolor", que terminamos sacrificando las oportunidades de "placer" que vienen con el éxito y el crecimiento. Este sesgo de inercia nos hace sobrevalorar los costos del fracaso y subestimar los beneficios del éxito.

La próxima vez que te enfrentes a una decisión difícil o arriesgada, no te preguntes solo “¿cuánto dolerá si fallo?”. Preguntate también “¿cuánto placer perderé si no lo intento?”. Este cambio en el enfoque puede reequilibrar tu escala de riesgo-recompensa y, posiblemente, inclinar la balanza hacia la acción. Al final del día, es probable que te arrepientas más de las oportunidades que dejaste pasar por miedo al fracaso que de los errores que realmente cometiste.

• Si sorpresivamente te echaran, pagándote todo lo que corresponde, ¿cómo te sentirías?

• Si tu cliente o jefe aceptara cualquier propuesta que consideres justa sin ningún riesgo de que te diga que no, ni siquiera de que te juzgue, ¿qué le propondrías?

• ¿Cuál ha sido tu mayor fracaso y qué aprendiste de él? ¿Y cuál fue el mayor fracaso que no tuviste? ¿Qué habrías aprendido?

• ¿Qué es lo que más te enoja en el trabajo? ¿Qué es lo que más te entusiasma? ¿Qué valores representan?

• Supongamos que, a partir de ahora, tuvieras que hacer una sola de todas las tareas que hacés, ¿cuál sería? ¿Qué harías con las demás? ¿Qué resultados a largo plazo tendrías?

• Supongamos que a partir de ahora te pagan USD1000 por hora trabajada. ¿Qué dejarías de hacer para estar siempre disponible para esos clientes o jefes maravillosos?

5. El mito de la consistencia

Vivimos en una cultura que valora la coherencia y la estabilidad, especialmente en el ámbito laboral. Parece que cambiar de opinión o de dirección es una señal de debilidad o incertidumbre. Pero, en un mundo que cambia rápidamente, la consistencia puede ser tu peor enemigo.

Si la coherencia te está limitando, quizás sea hora de abrazar la inconsistencia como una virtud para liberar un potencial inexplorado y descubrir caminos que nunca considerarías de otra manera. Al fin y al cabo, ese cambio radical, seguramente, con el correr del tiempo, no será tan radical: somos siempre el promedio entre lo que fuimos y lo que seremos.

• ¿Cuándo fue la última vez que te permitiste cambiar radicalmente de opinión o dirección en tu vida laboral?

• ¿Cómo te sentirías si en 5 años seguís haciendo exactamente lo mismo que hoy?

• Supongamos que te regalan una hora al día, con dos condiciones: tenés que usarla para trabajar y solo la podés invertir en algo que no dé ningún resultado hasta dentro de un año. ¿Qué harías?

• Si te echaron ayer y hoy te contratan para un puesto idéntico al que tenías… ¿Qué cambiarías de lo que hizo el zapallo que estaba antes?

• Supongamos que hoy tenés que preparar tu “lápida laboral”, una piedra que pondrán en el cementerio de LinkedIn con una frase que te represente… ¿Cuál sería?

Cápsula del Tiempo Laboral

Escribiste las respuestas, ¿no? Ahora sacales una foto o guardarlas como PDF y agendate, dentro de exactamente un año, para revisarlas. ¡Te vas a sorprender!

BITS & NEWS

• El futuro es raro… Hace unas semanas aprobaron en San Francisco que dos empresas de robotaxis operen las 24 horas del día. Enseguida surgieron nuevos problemas: desde un atascamiento sin humanos al volante, hasta clientes aprovechando para tener sexo en el robotaxi.

• Apuesto a que esta no te la esperabas… ¿Qué pasaría si escribimos todas las combinaciones de notas musicales posibles, las hechas y las por hacer, y las publicamos como propias? ¿Y si después liberamos ese contenido para que no haya más demandas entre músicos?

• Ya era hora de que sucediera: un Instagram solo para imágenes creadas por inteligencia artificial, ideogram.ai

• Junior Achievement busca profesionales IT para ser mentores de jóvenes. Es una oportunidad muy linda de aportar. Más información aquí.

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Si te reenviaron este mail, soy Leo. Hace seis años publiqué un artículo explicando mi salida, después de casi dos décadas, de un corpoemprendimiento y me convertí en algo así como "el hada del largo plazo", ayudándote a ser cada día un poco mejor, con ideas, artículos, noticias comentadas y herramientas.

Gracias por leer, que te hagas una excelente semana.

Leo Piccioli

Autor y conferencista

PD: ¿Ya compartiste CEO en Camiseta?