S07E20 Encontrá las 7 diferencias entre un buen CEO y un humano del siglo XX

¿En qué año naciste? Bien, restale 1952. Si te dio negativo, me enorgullece que sigas y sigas y sigas leyendo. Espero poder llegar a tu edad y seguir con esas ganas. Si te dio positivo, al resultado duplicalo y, luego, agregale tres ceros. Excelente: anotá ese valor en el próximo día hábil en tu agenda y, cada día, restale ocho horas.

Suena duro pero ésa es una estimación de las horas laborales que te quedan por delante.

Esa estimación es clave para entender las 7 sutiles diferencias entre el buen CEO y un ser humano del siglo XX:

• El buen CEO (chief executive officer, pero en este caso válido para cualquier líder, incluso aquél que es líder de sí mismo) tiene consciencia de la cantidad de horas que le quedan por delante. Como dijo Steve Jobs, “recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que encontré para tomar las grandes decisiones de la vida”.

• El buen CEO también sabe que no hay personas normales o raras… Está convencido de que “raro es el nuevo normal”, básicamente porque hasta el siglo XX, la sociedad necesitaba robots pero no los tenía… Así que usó humanos para todas las tareas repetitivas, sea el ascensorista, el boletero de cine o el data entry. Tiene bien claro que las instituciones (desde las educativas hasta las empresas, pasando por el Estado, la Iglesia y la familia) tardan más en adaptarse y nos tiran para atrás… en el tiempo. La escuela nos preparó para obedecer y hacer obedecer; así, nos convertimos en robots hasta que uno desobedece y triunfa. 

• El buen CEO sabe de estadísticas: entiende que si le juega en la ruleta una vez al 13 (su número preferido), tiene menos de 3% de probabilidades de ganar. Pero si juega miles de veces, gracias a las demostraciones de Gauss y Bernoulli, va a recuperar el 95% (el resto, es el negocio asegurado del casino). Así, se autodemostró que la suerte está en sus manos. Como dijo Thomas Jefferson, “creo firmemente en la suerte y sé que, cuánto más trabajo, más tengo”. Para quitarle el poder al azar, igual que en la ruleta, tenemos que seguir probando; ya va a llegar.

• El buen CEO nace con la misma cantidad de confianza que los demás. ¿Viste esos compañeros de la escuela que se animaban a hacer cosas que vos no? Su confianza no venía en el ADN, sino en que ya habían probado pequeñas cosas con éxito o, aún mejor, fracasaron y entendieron que no pasa nada malo. Uno construye su confianza todos los días.

• El buen CEO conoce otro secreto: las historias que nos contamos nos definen. Todos tenemos vidas súper complejas con miles de acciones, reacciones y emociones, pero elegimos un subconjunto para recordarlo. ¿Quiénes somos? ¿Qué hacemos? ¿Podemos o no podemos? Es clave para lograr lo que nos proponemos y seguir creciendo.

• El buen CEO, consciente del tiempo que tiene por delante, también sabe que su valor crece gracias a su experiencia, las redes que construye y su aprendizaje… Todas cosas que se dan naturalmente pero que, perseguidas adrede, se potencian mucho más. Y si sus ingresos a largo plazo no están creciendo, el buen CEO sabe que: 1) no está dando suficiente valor, 2) lo da y no lo muestra, o 3) lo da, lo muestra, pero no tiene la confianza para ponerse firme y cobrar lo que vale.

• El buen CEO, además de todo esto, conoce bien sus valores, cuida su reputación, resiste a un archivo, entiende perfectamente el interés compuesto (no solo en función del dinero, aprendizaje y redes, sino también en el sentido secreto del mismo, clave para los negocios). Además, contrata lento y despide rápidamente, por lo que parece mala persona -pero su equipo se lo termina agradeciendo (en el largo plazo). Y, sobre todo, sabe que aunque dinero y tiempo son intercambiables, tratamos tan distinto a uno del otro que amerita casi un artículo completo. ¿Será el próximo?

¿Realmente pensabas que eran solo siete las diferencias? Si fuera tan fácil no sería tan valioso. ¿Querés ser el mejor CEO de tu carrera y profundizar todas las diferencias que existen? Dentro de unos días empieza el curso “Think like a CEO”, en español en su primera edición.

Y no te olvides de que el buen CEO es innecesario en el corto plazo, pero imprescindible en el largo.

Lo que no me habían dicho de ser CEO

¿Qué edad tenías en 2016? Porque ese año publiqué 7 Motivos por los que Ser CEO está Sobrevaluado.

Para investigar

Textio: te avisa cuando estás discriminando en tus textos (en inglés) — textio.com

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Para escuchar

El paraíso de los introvertidos | El año en que nos volvimos humanos | Leo Piccioli — audioboom.com

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